En esta novela, publicada por entregas en internet, Víctor Conde nos vuelve a llevar al apasionante mundo de El tercer nombre del emperador, a su imperio de mil planetas y a la amenaza sin nombre que lo acecha. Naves, guerras intergalácticas, saltos en el hiperespacio y mucha, mucha acción es lo que nos ofrece esta nueva y trepidante space ópera de uno de los maestros del género.
Víctor Conde escribió esta novela durante el confinamiento, la creó como una serie, sacando un capítulo cada semana, y en diciembre de 2020 la publicó la revista Axxon ( http://axxon.com.ar/movil/blog/posts/296.htm ) totalmente gratis.
Esta novela me ha encantado, tiene los ingredientes perfectos para que me haga salivar…. unos malos malísimos, unos buenos fantásticos y tecnologías olvidadas (esto último me encanta).
La novela se sitúa unos siglos después de lo narrado en El tercer nombre del emperador, en un planeta en la frontera del imperio, un planeta que ha olvidado casi toda la tecnología y se ha convertido en salvaje. Allí los señores de la guerra han decidido luchar entre ellos, pero para eso tienen que reclutar a carne de cañón, los habitantes de los pueblos que están bajo su dominio. Pero los de pueblo de Telémacus no están dispuestos a morir por algo que no les incumbe así que se deciden a huir.
A grandes rasgos esta es la trama, por supuesto hay muchas cosas más.
Me ha gustado mucho el hecho de que no hay extraterrestres en el universo del Metaverso, el autor mete en la novela mutaciones provocadas por la caída de la mnémica, así tiene seres extraños, como por ejemplo los dravitas que le van a servir como adversarios, aunque no van a ser los grandes adversarios.
La historia es ascendente, sé que es una tontería decir esto, todas las historias tienen un ascenso de la tensión, pero es que aquí es que no te deja ni un momento de respiro, supongo que eso es por el diseño de serie que cada capítulo tiene que acabar con un cliffhanger para que tengas ganas del siguiente.
El sentido de la maravilla de la novela también está muy bien llevado, se supone que el mundo ha perdido toda la capacidad tecnológica, pero algunas cosas todavía funcionan aunque nadie sepa como repararlas, eso me ha gustado mucho. Y las que nadie sabe para qué sirven se han convertido en objetos religiosos.
Me ha gustado todo el libro, creo que es el que más me ha gustado de este autor…..hasta que escriba el siguiente.
08/10/2021