Liv falleció con seis años. Se adentró en el mar durante la noche y hallaron la barca hecha añicos a la mañana siguiente. O, al menos, ésa es la historia que sus padres contaron a las autoridades. La realidad es bastante distinta: Liv está viva y se esconde tras una pared impenetrable de objetos robados de aquí y allá que Jens, su padre, ha ido acumulando a lo largo de los años. Una fortaleza de la que, al traspasar su puerta, es imposible escapar ileso. Aquí, lejos del resto de los habitantes de la isla, la vida de la familia fluye de manera imperturbable, cristalizada hasta la eternidad como una hormiga atrapada en resina. Sólo Maria, la madre de Liv, puede cambiar el rumbo de las cosas dentro de la peculiar familia Hordone. Pero ella también, a su manera, ha decidido esconderse del resto del mundo dentro de un cuerpo monstruoso.