En el año 2024 Madrid no es una ciudad, sólo un montón de ruinas donde no hay ciudadanos, sólo supervivientes. No hay comida, ni agua, ni justicia, ni esperanza.
Sólo hay una Rebelión.
Álex el Mono es uno de los hijos de la Rebelión. Y como tal no posee más que un incierto presente, unos pantalones desgastados, un Kalashnikov y una determinación por sobrevivir por encima de la lógica. Ha sido condenado a muerte, traicionado por aquéllos que, al igual que él mismo, no se pueden considerar amigos más que del día a día y de las balas de su arma. Espera su final en una sucia celda, mientras recibe las cada vez más incómodas y persistentes visitas de sus captores y sus recuerdos.
Un libro que deja la puerta abierta al futuro más tenebroso que nos espera como sociedad si elegimos mal el camino. Me encató como a través de un personaje describe ese futuro post-apocalíptico, donde Madrid ya no es más que un montón de ruinas y donde todo vestigio de antiguos comportamientos sociales han desaparecido.
Me encantó.
12/05/2014