Chico, que vive tranquilamente en su plaza de garaje, encuentra chica. Chico, que no es un prodigio de inteligencia, la caga estrepitosamente con chica. Chico, cuyos amigos son casi tan disfuncionales como él, conoce a un científico loco que ha inventado una máquina del tiempo. Chico, como no podía ser menos, se embarca en una disparatada odisea espacio temporal transuniversal para recuperar a chica.
Quién no ha pasado por algo así, al fin y al cabo.
Manuel Miyares construye en Garaje 451 un mecanismo delirantemente divertido que llevará al lector hasta el infinito y más allá, guiado por el que es, tal vez, el protagonista más descerebrado de la historia de la ciencia ficción.
Una novela que es un canto al humor absurdo, con momentos que me recuerdan a la película “Preguntas frecuentes sobre viajes en el tiempo”. Aunque en esta novela se pretende un viaje en el tiempo, pero se acaba con un recorrido por realidades alternativas, cada cual más absurda que la anterior. Estas realidades permiten al autor reírse de todos los géneros literarios y actividades frikis, desde la novela erótica a los juegos de rol, pasando por los videojuegos antiguos. El universo del videojuego es una gran idea, con preguntas que nos hemos hecho todos, o al menos yo, cuando jugábamos.
Guiños a películas, unos personajes que parecen salidos de Monty Python's Flying Circus, un protagonista dispuesto a emborracharse y bajarse los pantalones en cualquier universo al que llegue, y una máquina del tiempo-espacio-dimensiones alternativas muy particular.
04/12/2013