La carrera del escritor de ciencia ficción Voss Van Conner despega el día que se electrocuta con un secador de pelo. Envuelto en una toalla de microdelfines y con el pelo hecho unos zorros, Voss abre los ojos en lo que parece la sala de espera de una nave espacial. ¿Le han abducido, por fin, los extraterrestres? ¿O está verdaderamente muerto, y estar muerto consiste en tener una representante de fantasmas que hasta ahora no era más que una azafata de vuelo adicta al speed dating?
Sea cual sea el caso, su muerte será la excusa para que un editor muy importante quiera convertirlo en ORO, para que su mujer admita que estaba a punto de dejarlo y para que su mejor amiga pierda los papeles. El resto es un fabuloso viaje por la ex vida del primer escritor de ciencia ficción que bien podría tener un parque de atracciones en el que las atracciones serían todos esos otros mundos que creó para escapar del único que existe.
Ajá. Eso es. Bienvenidos a Connerland.