Año 888 d.C.: ¡Los vikingos han conquistado Inglaterra!
Sólo el joven rey Alfred de Wessex se mantiene en pie de lucha, pero no podrá resistir por mucho tiempo el embate del enemigo. Desesperado por salvar al reino, el arzobispo Aethelred recurre a unos antiguos conjuros para crear un ejército de bestias infernales capaces de derrotar al sanguinario invasor. Cuando Alfred se rehúsa a utilizar las artes oscuras y encierra al demente hechicero, este escapa y, en su huida, convierte en monstruo a cualquiera que ose cruzarse en su camino, sembrando el país de horrorosas abominaciones. Solamente Wulfric, un noble caballero, tan humilde como gran guerrero, podrá salvar a Inglaterra de la nueva plaga que la amenaza, aunque para ello tenga que poner en riesgo su cuerpo, su vida y su alma…