Al final de Tarzán en el centro de la Tierra, Edgar Rice Burroughs había dejado bastante cerrada la trama. El cliffhanger de Tanar de Pelúcidar había quedado resuelto con la liberación de David Innes de las mazmorras de los Korsar, y todos los integrantes del grupo de rescate, que habían bajado a Pelúcidar a bordo del dirigible O-220, volvían a reunirse y se proyectaba el regreso al mundo exterior. No obstante, faltaba uno. ¿Qué había sido de von Horst? Todo su grupo, incluyendo a Muviro y sus waziri habían vuelto con la expedición, pero a él se le consideró perdido. Pues bien, Burroughs comienza la presente novela como si fuera un serial cinematográfico, repitiendo una escena de la novela anterior, para pasar a narrarnos la odisea del teniente von Horst, en una de las aventuras más trepidantes y divertidas de toda la saga.