Madi Price se ve obligada a regresar su ciudad natal en Virginia con su hija de diecisiete años. Se gana la vida leyendo manos en un mercadillo local, donde retoma el contacto con su antiguo novio Henry McCabe, un introvertido pescador, cuyo hijo, Skyler, desapareció hace cinco años. Todo el mundo cree que Skyler está muerto, pero después de leerle la mano, a Madi la persiguen extrañas visiones que parecen indicar lo contrario. Siguiendo el hilo de esas visiones, descubre un monstruo aterrador que viene por todo lo que ella ama.
Esta visceral exploración del dolor parental, que combina el horror sobrenatural con el suspense doméstico, consolida la reputación de McLeod Chapman como "el Richard Matheson del siglo XXI".