En una celda de paredes acolchadas, un hombre se plantea quién ha podido secuestrarle y por qué motivo. Buscando pistas, bucea en su pasado, desde el momento en que empezó a trabajar vendiendo enciclopedias para la poderosa editorial Schneider hasta que fue ascendiendo a puestos de mayor enjundia.
Dolores es una mujer muy infeliz, especialmente desde que los extraterrestres abdujeron a su novio. Cree, y no le falta razón, que la vida se obstina en ponerle zancadillas. Estudió Filología Eslava, pero trabaja limpiando eptosos cuartos de baño mientras sueña con mudarse a París y dedicarse a la literatura.
Los hilos narrativos y vitales de ambos, el de Dolores y el del hombre cautivo, se acabarán enredando o quizás ya lo estuvieran desde un principio.