Adrián es una persona corriente, trabaja en el periódico de una pequeña localidad donde lleva una vida tranquila y feliz junto a su esposa. Sin embargo, un día cualquiera despierta atado a una camilla junto a miles de personas. No recuerda ni cómo ni cuándo ha llegado hasta allí, su mente está en blanco. Un hombre, en lo alto de un púlpito, habla sin que él logre comprender su significado. De pronto, las puertas de esa especie de nave se abren, y justo antes de que alguno de los presentes logre poner un pie afuera, el hombre se repone y grita con una autoridad imponente: «Mi nombre es Dante, bienvenidos al Infierno».
La rebelión de los condenados, es una novela donde las coordenadas de Cielo e Infierno, bondad y maldad se rompen en mil añicos para recomponerse según va avanzando su lectura, es un ejemplo para el lector que busca una gran aventura que transcurre por medio mundo, incluido el Averno.