Avanzado el siglo XXI, la carrera por la conquista espacial se reaviva tras el hallazgo del fósil de un ser primitivo en la superficie de Marte. Tanto es así que todas las agencias espaciales se coordinan para financiar y construir una gran nave interestelar en las inmediaciones de la Tierra.
El propósito es embarcar a cuatro tripulantes, dos ingenieros, una geóloga y una científica Premio nobel especializada en exogenética, y poner rumbo a los dos planetas descubiertos por el observatorio lunar Mare Moscoviense más similares a la Tierra y con más probabilidades de albergar vida inteligente, situados a 700 años luz de distancia en la estrella Z351 Orionis. Su misión será la de descifrar, después de que el proyecto SETI haya sido abandonado definitivamente, por qué nuestra civilización no ha recibido aún señales del espacio exterior.