Es un hecho sabido que, durante la época dorada de la revista Weird Tales, el autor y la saga más populares de la mítica publicación no fueron Howard y su Conan ni Lovecraft y sus narraciones de los Mitos de Cthulhu. No. Las historias más deseadas, las que más se prodigaron a lo largo de la extensa andadura de la revista y las que más ilustraciones de cubierta lograron obtener fueron las protagonizadas por Jules de Grandin, el detective de lo sobrenatural del autor Seabury Quinn.
Curiosamente, el primer cuento que Quinn publicara jamás (y que firmó como Seabury De Grandin Quinn) fue "The Stone Image" en la revista The Thrill Book, una narración en la que presenta ya al doctor Trowbridge y a su casera, la señora McGinnis. Cuando más de una década después Quinn se exprimía la cabeza para escribir un cuento para Weird Tales -en la que era ya un autor célebre-, recordó a aquellos dos personajes y les añadió otro más: un pomposo doctor francés experto en toda clase de materias sobrenaturales y que, como es lógico, se adueñó de la serie a partir de entonces.