S. P. Doyle se ha pasado la vida en las oficinas de un banco, sentado en un cubículo desde el que se dedicaba a ejecutar las hipotecas de sus clientes más desfavorecidos, a borrar los rastros de las operaciones fraudulentas y a todo tipo de malas prácticas. Nada que el resto de sus compañeros o los empleados de otros bancos no hicieran a diario a cambio de un coche, una casa, un seguro médico y algún que otro aumento de vez en cuando. Pero se ha cansado de jugar a ese juego y tiene un plan para derrotar a ese corrupto sistema desde dentro. Tan solo necesita el empujón que le proporciona la hexadrina para mantenerse despierto y llevarlo a cabo. Pero después de descubrir algo monstruoso entre los archivos del banco y caer en una adicción más bestia de lo que quiere reconocer, se ve envuelto en una conspiración que va mucho más allá y que amenaza con destruir la vida sobre el planeta.
Ahora le tocará sobrevivir a la pesadilla en la que se convierte la ciudad revientacráneos. Entre sus calles hipervigiladas por drones y cámaras de seguridad, no solo o perseguirán los sicarios del banco, sino que además se topará con unos extraños monstruos a los que les encanta comerse el cerebro de la gente. Por desgracia, solo tiene una baza para enfrentarse a ellos: su adicción. Por suerte, cuenta con una ayuda impagable para salvar al mundo: su tortuga Deckard.