Gracias a la ingeniería genética, el imperio de Cetaganda está regido por dos clanes hegemónicos: Los imperiales Haut y los militares Ghem. Como representantes diplomáticos del imperio de Barrayar, Miles Vorkosigan ha de asisitir, con su primo Iván, a los funerales de la recientemente fallecida emperatriz de Cetaganda. En un entorno social ajeno y extraño, Miles se vera obligado a introducirse en la política interna de Cetaganda, y a intentar abortar un complot que amenaza la continuidad de todo el programa genético del imperio, y que podría perjudicar también a Barrayar.