Encerrar al Mal en un espejo y luego romperlo sonaba como la mejor idea del mundo. Nadie se imaginó en ese momento que tan solo estaban dividiendo Su poder en 999 fragmentos. Y ahora se las está ingeniando para recomponerse, reflejándose en las pesadillas de los pobres incautos en cuyas manos cae cada trozo de cristal.
Medianoche tiene una única misión en la vida y nada lo va a detener: recuperar todos los pedazos y ponerlos a buen recaudo. No es la persona mejor preparada, no es la persona más adecuada, pero es la única dispuesta a hacerlo.