«Así fue como renunciamos al horizonte.»
Grijalva es una reportera en un mundo que ha retrocedido. A mediados del siglo XXI, la Tierra ha adquirido anillos similares a los de Saturno tras un cataclismo que extinguió la luz eléctrica y fundió el alma de transistores y circuitos de todos los aparatos en los que la humanidad se sustentaba.
Acompañada por su hijastro, Grijalva viaja a Tamarindo, un pueblo en Veracruz donde los niños padecen una rara enfermedad: hablan y se comportan como personas distintas a las que son o las que eran, poseídos por historias lejanas y dolorosas. Los indicios de que el delirio puede ser contagioso —y perturbador para las autoridades— vuelven apremiante la búsqueda de una explicación. Conforme avanza la pesquisa, el relato nos irá revelando qué ocurrió con el planeta veinte años atrás, cuando Grijalva era una estudiante de música enamorada de su maestra, y su padre, una emanación digital en un minucioso mundo virtual.