Camus es un bufón. Un bufón más pobre que un piojo e igual de feo. Cuando la peste negra llega a la ciudad, las cosas no mejoran.
Tras una serie de infaustas casualidades, el bufón encuentra un disfraz, con telas negras y un gracioso pico de chorlito. Y, empujado por la necesidad y la mala suerte, empieza a decir a todo el mundo que su nombre es Rinaldo y que es médico. El problema con las mentiras es que son como los ratones: crecen rápido y forman familias numerosas. Camus tiene cada vez más encargos, más gente confía en él y es más difícil ocultar la verdad.
A medida que la peste negra comienza a generalizarse, Rinaldo se enfrentará a negacionistas, religiosos y burgueses que pondrán en duda la pandemia.
Pero cuando la enfermedad amenaza a sus amigos, decide arremangarse y cuidar de los demás. Decide tomar riesgos, aprender y esforzarse. Decide mantenerse firme y luchar. Luchar contra Dios, contra el Diablo y, lo que es peor, contra las deudas.
Y es que Rinaldo está destinado a convertirse en el médico que todos creen que es. El primero en su profesión. El enemigo de la peste.