Contemplar la vida desde el borde de un acantilado proporciona una perspectiva al que se atreve a hacerlo. Allí abajo está el mar, que es vida y muerte.
Allí abajo está lo inalcanzable, lo maravilloso y al mismo tiempo lo aterrador. En este libro de relatos, que incluye también una novela corta, nos asomamos al abismo de lo grotesco, lo extraño y lo surrealista.
En todos ellos hay una súplica, una petición desesperada de ayuda que no siempre será atendida.
Y en ello reside el horror, en tener la certeza de que por mucho que lo necesitemos, a veces no seremos ayudados.
Asomaos, contemplad el mar.
Y temblad.