En tres prodigiosos meses de 1928, Douglas Spaulding observa, escucha y saborea las sorpresas rituales de un verano especial: el descubrimiento de la vida y la muerte, el último tranvía, la limpieza de las alfombras, la aparición de las hamacas en los porches, la cosecha del vino del estío... pero también máquinas extraordinarias y magia misterios: la Máquina de la Felicidad, que casi destruye la felicidad de su inventor: la Máquina Verde, que pasea a dos viejas señoras por las calles del pueblo; la Máquina del Tiempo en el cuerpo de un viejo coronel; la terrible y fabulosa Madame Tarot....
El vino del estío no es una novela de ciencia ficción; sin embargo, sí es increible, casi de "ciencia ficción" la capacidad que tiene este maestro de la literatura para construir poesía a través de una prosa que impacta directamente en el corazón del lector. Se diría que sin pasar en ningún momento por otros órganos.
Este libro apela directamente a la emocion, a esa emoción genuina con que es bendecida la infancia como ninguna otra época de la vida. Redescubriréis sentimientos olvidados hace algún tiempo, gracias a la magia de la poesía de Bradbury, que os hará recuperar la capacidad de nombrar lo intangible.
Feliz lectura...
12/12/2012