Tiene un pasado oscuro donde murieron muchos humanos. Y por ese pasado decidió llamarse Matabot. Pero, de la masacre que le dio nombre solo conserva un recuerdo confuso, y ahora quiere saber más.
Tras unir fuerzas con un Transporte de Investigación llamado TIP (es mejor no saber qué significa esa P), Matabot se dirige a la instalación minera donde todo se descontroló.
Sus descubrimientos harán que su forma de pensar cambie para siempre.
Tenemos aquí el segundo volumen de “Los diarios de matabot” y este libro me ha gustado mucho más que el primero.
La novela sigue las aventuras del robot de la primera parte, sigue muy preocupado con su pasado, en un momento pasó algo, que produjo muchos muertos, después de esto la compañía borró la memoria de él y siguió trabajando. Ahora el robot está libre, y quiere averiguar que pasó, por lo que lo único que puede hacer es intentar ir a donde sospecha que sucedió lo del acontecimiento.
En el primer libro el robot le debía obediencia a los miembros de la tripulación, aunque se le nota un punto rebelde, cuando se hackea a sí mismo. En este segundo ya ha conseguido liberarse a medias, está libre pero tiene que ocultarse para que no lo descubran.
El libro está lleno de ironía, eso me ha gustado mucho, empezando por que el robot está enganchadísimo a las telenovelas, hasta su relación con TIP, ya veréis quien es TIP y porque el matabot lo llama así. Pero es muy bueno.
Después cuando lo contratan unas chicas como asesor de seguridad, me ha gustado mucho cómo se comporta, se vuelve muy protector con ellas.
En fin, la novela está muy bien, me ha gustado mucho, leedla merece la pena.
08/05/2020