Laura, tras mucho tiempo en el dique seco, decide salir de copas. Qué mala suerte que coincida con Satán en un bar, que se sientan atraídos, que pasen una noche loca en una sórdida pensión, que los preservativos que Laura llevaba en el bolso no fueran del tamaño apropiado, que ella esté precisamente en el momento adecuado del mes… ¿Mala suerte? ¿Casualidad? Quizá no.
Este libro narra el complot urdido en el Infierno, a espaldas de Satán, para engendrar al Anticristo. Y también los esfuerzos del Cielo y sus ejércitos de ángeles que, en ausencia de Dios por vacaciones, contraatacan de la única forma que se les ocurre: engendrando un Antianticristo, aunque en la persona equivocada.
Un cúmulo de despropósitos por parte de ambos bandos, a cual más torpe, hace que el Fin de los Tiempos no se parezca en nada al que describe la Biblia, pero sea infinitamente más divertido.