Oxford. Década de los sesenta. El profesor Henry Lytten intenta escribir una nueva de fantasía que supere la obra de sus predecesores, J.R.R. Tolkien y C.S. Lewis Y encuentra una confidente en su vecina Rosie, una adolescente de 15 años. Un día, mientras persigue al gato del profesor, Rosie encuentra una puerta en su bodega, que le llevará a un mundo idílico, conocido como Anterworld, es una tierra bañada por el sol de los narradores, las profecías y los rituales. Pero ¿es este acaso un mundo real? ¿Y qué pasa si ella decide quedarse? Mientras se embarca en una aventura que puede llevarla de vuelta a casa, en un laboratorio, un científico rebelde está tratando de probar que el tiempo (pasado, presente y futuro) no existe, con consecuencias potencialmente devastadoras
Una mezcla perfecta de Tolkien y C.S Lewis que combina la fantasía, la novela negra, el thriller político y la ciencia ficción. Pears ha trufado su historia de referencias al lector, entre otras Tolkien, C.S. Lewis, Shakespeare, Sidney, El Mago de Oz, Lewis Carroll y Alicia en el país de las maravillas, Robin Hood, La historia interminable, Agatha Christie, Huxley y Proust.
Como estoy registrado en esta web, me gustaría tomarme la libertad de exponer la síntesis de la obra, y las motivaciones por las cuales la escribí.
Arcadia ha sido mi primera novela finalizada. Creí que nunca llegaría este momento, pero después de muchas jornadas de cavilar sobre situaciones y personajes, todo ese esfuerzo ha dado su fruto.
Se trata de una novela de ciencia ficción sin más pretensiones. Desde niño es un género que me ha apasionado. Devoré infinidad de libros de esta temática, especialmente de Isaac Asimov, al cual le debo sin duda alguna esta narración, por lo que la considero como un pequeño homenaje a su saga “Fundación”
Arcadia puede leerse independientemente sin ningún problema por parte de un lector que desconozca esa saga. No obstante, el conocedor de esas novelas, encontrara en Arcadia infinidad de pequeños guiños. En realidad, yo personalmente la considero un preludio a “Fundación”, una visión personal de cómo pudo haber nacido el imperio de Trantor.
Tanto las citas a las leyes de la robótica, la biblioteca galáctica o la misma ciudad de Trantor, no son más que humildes reconocimientos a la obra de ese gran maestro que fue Asimov.
Pese a ser un ensayo de ciencia ficción, Arcadia no es tan solo una narración sobre cohetes y viajes espaciales. Quise plasmar realidades históricas de la humanidad. La política nos envuelve en nuestro día a día, supongo también que eso seguirá ocurriendo en el futuro. Democracia, dictadura, tiranía, todos han sido regímenes por los cuales se han manejado los destinos de los hombres y las mujeres del planeta. Todos hemos sufrido abusos y despotismo en algún momento de nuestra vida, y no podría ser menos real en Arcadia.
Para crear la sociedad arcadiana y su incipiente devenir, me he inspirado en la declaración de independencia de Estados Unidos, y de los países latinoamericanos. Para el personaje de James Montgomery Jager, en Hitler y en todos sus secuaces de las SS y el partido Nazi. Rogelius VII lo imagino como a Nerón, tocando su arpa mientras Roma era devorada por las llamas. Maller representaría nuestro Simón Bolívar o George Washington particular.
30/05/2017