Arcas ha cumplido dieciséis años y debe abandonar el Pueblo para ir al Instituto. A través de la relación epistolar que mantiene con su amigo de la infancia, Simón Pedro, y de las conversaciones con el fantasma de su abuela, Lucero, iremos asistiendo a un viaje iniciático: una metamorfosis que despertará su conciencia de clase y especie.
Novela influenciada por la literatura del argentino Manuel Puig, otras tradiciones se trenzan en esta novela: «el sentido de la maravilla» del primer Bernardo Atxaga, la fabulación especulativa predicada por Donna Haraway, la Metamorfosis de Ovidio y el desconcertante tono ageneracional que caracteriza a muchos mangas y animes japoneses
"Contra la domesticación de las pasiones, la insurrección rabiosa; contra las instituciones burguesas, la revuelta de los desheredados; contra la opresión capitalista, la aventura de los cuerpos en su inagotable extrañeza. Contra el sopor adulto, el furor adolescente. Animales feroces es una fábula proletaria y multiespecie que pide sangre humana y celebra la transmigración de las almas. La escritura de Manuela Buriel es inocente y alucinógena, cruel y cristalina, rara y majestuosa como un ave mitológica. El resultado es una novela bellísima y delirada que trama nuevas formas para la lucha de clases hoy, una novela de amor y de hambre por una nueva Tierra habitada por criaturas insubordinadas, emancipadas y obreras." --BEGOÑA MÉNDEZ