Los sentenciados tienen el privilegio de conocer el inicio de su último día. Para el resto no hay señales que lo anuncien, ni presagios que localicen sus coordenadas espacio-temporales. Nada pone sobre aviso. Ni la enfermedad terminal ni la situación límite consiguen precisar con certeza el momento exacto en el que el corazón se detiene y la sangre se hiela. Únicamente existen los presentimientos que aspiran a anticiparlo, anomalías de la memoria que se autosugestiona creyendo recordar lo que no deja de ser una nueva experiencia.
Conozco a la autora de este libro, la llevo siguiendo en Facebook y Twitter desde hace cuatro años, y que queréis que os diga, es una de mis escritoras favoritas y lo es desde su primer libro Del naranja al azul, que me gustó bastante, así que cuando descubrí que iba a sacar otro, pues ni me lo pensé.
Este relato largo o novela corta, tiene 47 páginas, nos cuenta la historia de Vanth un demonio femenino etrusco que toma la forma de una prostituta para cazar a sus víctimas, y eso precisamente hace en el libro, caza a una.
La historia no cuenta mas, es una sola víctima, con monólogos que nos da más información sobre Vanth, otras víctimas anteriores y sus andanzas.
Me ha parecido muy weird pero considerando que me gusta ese estilo de literatura me ha parecido genial. La historia se centra en el momento de la caza y lo que hace Vanth con el interfecto, contando retazos de lo que ha hecho con otros similares, eso me ha gustado mucho deja entrever una historia detrás de la historia.
Cristina te pido que sigas escribiendo. Tú sigue escribiendo que yo seguiré leyendo. :)
17/06/2016