No es fácil escribir una historia de fantasmas moderna. De cuentas pendientes, de miserias y obsesiones. De rostros que perviven en el recuerdo y asuntos sin resolver, porque eso, y nada más que eso, es un fantasma. Darío Vilas nos los ofrece en bandeja, para que los manejemos a nuestro antojo y salgamos de su ensueño elegante con esas caras conocidas grabadas a fuego en el corazón.
Jaime Carou se obsesiona con la desaparición de una chica cuyo rostro aparece en carteles por toda la ciudad de Vigo. Tras el hallazgo del cadáver de la joven, intenta olvidar el suceso. Pero veinte años más tarde, su abuela Amelia, enferma terminal, le dice algo que provoca que Jaime se embarque en una carrera a contrarreloj para averiguar la identidad del responsable del asesinato, mientras descubre oscuros secretos que pondrán a prueba sus convicciones.