La novela desarrolla su trama en un futuro 632 d.F. (año 2540 en el calendario cristiano; "d.F." = "Después de Ford"), donde las personas son incubadas y predestinadas desde que nacen para pertenecer a diferentes castas: Alfas, Betas, Gammas, Deltas y Epsilones. Cada casta está destinada a realizar ciertas tareas: los Alfas son la casta superior, por lo que realizan los trabajos que requieren una mayor inteligencia, mientras que los Epsilones llevan a cabo los trabajos más duros y arduos. A pesar de ello, todo el mundo es feliz, porque, desde su misma concepción, los embriones han sido acondicionados y, desde que nacen, a los pequeños se les realiza hipnopedia mientras duermen para convencerlos de las ventajas de pertenecer a ese mundo y a sus castas; porque todas sus necesidades están satisfechas y porque en caso de sentirse mal tienen a su disposición el soma, una droga que es entregada por el Estado.
Ha valorado Un mundo feliz con una puntuación de 4 sobre 5
20/01/2017