Dos niñas esperan con temor la llegada de un nuevo miembro de la familia, convencidas de que puede tratarse de una peligrosa criatura sobrenatural. Una antropóloga se ve arrastrada a un juego mágico y peligroso en el mundo de las hadas; una pareja de mujeres se da un festín con las setas que brotan del cuerpo de una de ellas, hasta que un indeseado invitado masculino perturba la paz de su cabaña. Una mujer es atormentada por los doppelgänger de su infancia, atraídos a su vida por la escritura de su madre; dos estudiantes universitarias viajan por carretera a través de un país irrevocablemente alterado por el cambio climático; una mujer se enfrenta a la historia personal de una autora a la que idolatraba, cuya correspondencia parece recoger un testigo fantasmal.
En su primera colección de relatos, Kathryn Harlan construye ocho mundos sobrecogedores llenos de deseo, sabiduría y magia que florecen en medio de la decadencia. Fascinantes e inquietantes, estas narraciones oscilan entre lo fantástico, lo gótico y lo siniestro a través de sus protagonistas —todas mujeres— en el precipicio del cambio.
Con una imaginería poética similar a la de Carmen Maria Machado o Karen Russell, Su cuerpo ha florecido ocurre en un mundo al borde del colapso, con ecos de mitos y folclore atemporales. La autora nos recuerda que, incluso en este mundo agonizante, todavía existen espacios de los que hacer brotar nuevas formas.