Sangre. Muerte. Destrucción. Estos eran los mandamientos del Tótem de la Furia, la ley que regía el mundo en los tiempos de los herederos de Walys y las ciudades de alabastro. Pero el mundo cambió, y la llamada de los antiguos espíritus dejó de escucharse. Lo que antaño fueron verdades cayeron paulatinamente en el olvido, y los hechos de los campeones que caminaban como bestias se transformaron en leyendas. Pero aún quedan algunos de ellos, vivos, escondidos en los rincones más remotos del mundo, esperando a que regresen sus arcaicos dioses, y con ellos, el momento de iniciar el nuevo ciclo del Tótem de la Furia.