Una pluma blanca, un bloc de dibujo, el dedo amputado de un carnicero, un vibrador de considerables proporciones, patitos de goma y el mejor vodka del mundo son elementos que aparentemente no tienen nada que ver entre sí pero que están a punto de cambiarle la vida a un peligroso sicario. A pesar de tener un nombre que hace gracia, Boris Karlov es un asesino implacable al servicio del capo de la mafia de Petrogrado. Está cansado de su empleo y planea darle el palo a su jefe. Pero no lo tendrá fácil, ya que sobre él planea la sombra de un justiciero enmascarado, el Dandy, un tipo dispuesto a desbaratar los planes de todos los criminales de la ciudad. En el momento más inoportuno, Karlov conoce a la hija de un famoso pintor que no es lo que parece… y pasa lo que pasa cuando dos corazones solitarios se encuentran. O no. ¡O sí! ¡Yo qué sé! Esta novela es un lío. También hay terroristas anarquistas, abuelos peligrosos, escoceses cobardes, jefes cabrones, un puente y sicarios simplones. Y muchas cosas más. Pero lo mejor es el vodka.