Ficción Científica: Nox Perpetua

este comentario lo hice el 1997

Nox perpetua de Javier Negrete no es sólo una novela corta de aventuras polares es también una historia de amor, un amor unilateral e implacable.

Este librillo se ha visto publicado en una corta pero interesante colección, La espada y el reloj dirigida por el Interface Pedro Jorge, dentro del exiguo panorama editorial español esta colección y los cuadernos Espiral de Juan José Aroz, son una fuente de interesantes obras de escritores españoles.

El texto que nos ocupa se plantea como una épica expedición científica al más puro estilo aventurero del siglo XIX. Es imposible no mencionar como precursora a las desventuras de Roald Amundsen y Robert Scott en el polo Sur, siendo esta deuda literaria admitida por el propio autor. Pero si este librillo se ha publicado en una colección fantástica es porque elementos de este genero se convierten en el nudo gorquiano del texto. De forma impecable y sin dejar cabos sueltos, los hábilmente introducidos elementos contradictorios a nuestra realidad se resuelven plausiblemente.

Muy fácil hubiese sido terminar la narración una vez alcanzado el clímax fantástico, pero la historia que se había ido tejiendo requería una resolución alejada de la ficción, así lo fantástico tal como vino se fue, para dejar a solas con sus miserias y grandezas a Ark Rhenius, protagonista de la novela.

Escasas pero con gran éxito han sido las obras de Negrete, casi siempre en formato de novela corta y vinculadas al premio UPC. La primera fue La luna quieta que quedó en segundo lugar (el primero fue compartido) en la edición de 1991 (Ediciones B (1992) colección NOVA ciencia ficción nº 48). Esta interesante narración se estructura en dos partes (como casi toda su obra) la primera con claro paralelismo al Pabellón de Reposo de Camilo José Cela y donde no existen elementos fantásticos y una segunda claramente encuadrable en el genero y audaz por sus propuestas. En 1993 se publicó Estado Crepuscular (Quaderns UPCF nº2 editados por la asociación UPCF de la UPC), en esta ocasión esta novela corta quedó finalista del premio UPC de 1992. Negrete hace una reflexión sobre el propio mundo de la ciencia ficción en tono jocoso, donde una primera parte descriptiva y desquiciante se ve postergada por una trama detectivesca. Esta excelente y revolucionaria narración alcanzaría el premio Ignotus de 1993. En 1995 el antologista de esa edición del visiones (el mismo que el director de la colección que acoge a la novelita analizada) le publicó un cuento corto En el país de Oneiros completamente surrealista y desquiciado, con mucho lo más flojo de su obra. Su penúltima publicación se encuentra en el volumen dedicado al premio literario UPC de 1995 (Ediciones B (1996) colección NOVA ciencia ficción nº83) con la novela corta Lux aeterna, segundo premio de ese certamen, un interesante planteamiento de drama griego clásico con resolución de leyenda e intervención divina como eje central. De nuevo la estructuración en dos claras partes, una con un desarrollo más realista y con pocos elementos fantásticos y una segunda parte más dinámica y completamente dominada por lo fantástico. La novela corta que nos ocupa, Nox perpetua, participó en el premio UPC de 1994, pero no quedó ni tan siquiera finalista, sin embargo Miquel Barceló en la presentación de libro del premio UPC de 1995 lo justifica de la siguiente manera, página 11:

“... De entre esas narraciones que no llegaron ni siquiera a finalistas, siempre recordaré (...) O la novela Nox Perpetua que resultó de Javier Negrete (galardonado por la Luna Quieta en 1991 y por Lux Aeterna en 1995) y que, pese a su maravillosa factura e indudable calidad, no logró alcanzar la final en 1994 tal vez por parecerse demasiado al viaje de Amundsen al Polo Sur. ...”

Cabe destacar que Negrete no repite sus temas, ni visita espacios ficcionarios propios, sino que alterna estilos narrativos al igual que temas abordados. Cada obra es una caja de Pandora, ninguna es parecida a la otra, aunque a veces el texto sea fallido como En el país de Oneiros.

Para Nox perpetua Negrete escoge un lenguaje la mayoría de veces sencillo y directo, que permite un fácil seguimiento de la trama y del pensamiento de los personajes. La narración de la expedición es hábil y se construye bajo tres estructura, el clásico narrador omnipresente y dos diarios el oficial y uno intimo, escritos en primera persona. Bajo este mecanismo Negrete nos da una gran cantidad de información de forma concisa pero a la vez se permite profundizar en las pasiones y miserias del protagonista a través de su diario, reservándose la narración para aquellas situaciones especialmente importantes, aunque luego vuelvan a aparecer en los diarios bajo la subjetiva visión del protagonista.

Esta novelita podía haber sido una novela, argumento había para ello y a buen seguro que si Negrete se ganase la vida escribiendo, ahora estaríamos hablando de una novela aceptable. Pero la longitud empleada añade fuerza a las ideas y acontecimientos descritos, haciendo valido, que lo bueno y breve doblemente bueno, de ahí que estemos hablando de una novela corta que a buen seguro será candidata a los Ignotus del 97.

24/11/2012