Con una desbordante capacidad imaginativa digna del mejor William Burroughs, Victor Conde nos presenta la historia lisérgica de un escritor que descubre un crecepelo capaz de imbuirlo de las ideas más geniales para escribir. Resulta que el crecepelo está hecho de una sustancia que podría contener restos del estornudo de Dios. Para averiguar la verdad, nuestro protagonista se embarcará en una aventura alucinógena y desternillante de la que nadie saldría indemne.