¡Un convertidor atómico ha hecho explosión!Los operarios de la gigantesca planta atómica de Kimberly sabían lo que eso significaba, pero no les quedaba tiempo para reflexionar.Los procesos ultramodernos que acababan de ponerse en marcha estaban fuera de control y el único hombre que conocía el medio de neutralizar su mortífero poder de destrucción se encontraba en el interior, entre un remolino de materiales radiactivos.Si no era posible frenar la reacción nuclear errónea, la mitad del planeta quedaría arrasada en el plazo de unas horas.