¿Quién no se ha parado a reflexionar sobre el origen del universo?¿Por qué la ciencia es escéptica en relación con el viaje del ser humano a través del tiempo?Tal vez el cuerpo no pueda hacerlo, pero ¿sería capaz la mente por sí sola, manteniendo la conciencia?¿Y podría llegar al origen de los tiempos?En esta primera novela de la trilogía, Xoel y Leska, dos profesores universitarios, se conocen en un congreso sobre las relaciones entre la materia y la mente, en la ciudad de Santiago de Compostela. Él, físico español, colabora en proyectos internacionales relacionados con las partículas elementales de la materia, en el CERN de Ginebra. Ella, psicóloga chilena, está especializada en las experiencias transpersonales y la reencarnación, con sólidas bases sobre el conocimiento ancestral de tribus indígenas y del uso, por parte de éstas, de sustancias psicotrópicas para dichos fines.En dicho congreso, una prestigiosa colega de Xoel y buena amiga suya, Gladys, les informa de que su equipo habría descubierto que la mente existe por sí misma, identificando las partículas que la componen y las fuerzas que operan entre ellas, de forma similar a lo que ocurre con la materia. Les propone, en consecuencia, participar en un ambicioso proyecto experimental, innovador y transgresor, en el CERN, con el fin de hacer viajar a la mente consciente extraída del cuerpo, a través de la flecha del tiempo, en sentido regresivo y hacia el pasado remoto. ¿Conseguirán una sustancia psicotrópica adecuada para separar la mente del cuerpo que la alberga?El azar, o no…, hace que Leska conozca a un anciano enigmático, Adrián, amigo de un reputado antropólogo que, tres décadas atrás, con la ayuda de su esposa, Celeste, investigó en la formulación de una sustancia, a partir de la que utilizaba una tribu de indígenas amazónicos con la que interactuó durante sus expediciones. El anciano les entrega el legado del antropólogo, sus cuadernos de campo, como herederos de la misión que éste comenzara y dejó inacabada: viajar hasta el origen de los tiempos, el Muk-Shabah de los indígenas.De este modo, Leska y Xoel emprenden una aventura trepidante y adictiva, que dará origen a una estrecha relación entre ellos, pondrá en peligro sus vidas y les llevará hasta distintos lugares de Sudamérica, en especial a las tierras amazónicas del Acre brasileño, para contactar con la tribu caníbal, que, según el legado del antropólogo, tendría la sustancia psicotrópica original.