El hombre sin rostro estaba prisionero en su propio palacio y su poder sobre el pueblo de Durdania se encontraba en otras manos, en las de Gastel Etzwana, un joven cuya sed de venganza contra los odiados Roguskhoi sólo sería saciada por océanos de sangre de aquellas bestias.
Pero para destruir a los Roguskhoi, Gastel tendrá que reunir un mundo que había sobrevivido gracias a su desunión. Hacerlo era más que peligroso, pero Gastel no tenía elección. Devolvería a las gentes el control de sus vidas y les enviaría a luchar hasta la muerte.
Cambios en C.1 (por franzrogar):
- Versión de «Obra "casi" completa», es decir, la obra está maquetada y corregidas las notas a pie de página, donde se aplique.