Al inicio de Los mundos fugitivos, Toller Maraquine II, nieto del protagonista de Los astronautas harapientos y Las astronaves de madera, lamenta el hecho de que la vida en los gemelos Land y Overland es demasiado tediosa y plácida comparada con los acontecimientos excitantes de la época en que vivió su ilustre antepasado. Entonces, mientras volaba en globo entre mundos, hizo su asombroso descubrimiento: un disco de cristal enorme, con miles de millas de extensión, crecía rápidamente, creando una barrera entre ellos. Impulsado por razones personales a investigar el enigmático fenómeno, Toller, sin más armas que su espada y su valor ilimitado, llegó a ser una figura destacada en los sucesos que decidirían el futuro de los planetas y sus civilizaciones.Bob Shaw mostró una temprana inclinación por escribir, ocasionando la habitual oposición de sus padres que deseaban para él un porvenir más seguro como delineante, un trabajo muy bien considerado en Belfast por aquellos días. Shaw se dio cuenta de que su afición era una amenaza importante para las esperanzas de sus progenitores. mientras estudiaba, siguió escribiendo cuentos de ciencia ficción. A los veintidós años, vendió uno de ellos al New York Post, pero tardó trece más en concluir su primera novela, Nightwalk (Periplo nocturno, publicado por Acervo en la colección Gaudeamus), que está escrita con técnica de cuento, puesto que su trama podía haber sido desarrollada empleando muchas más palabras.