Veinte años después de una feroz guerra mundial, el doctor Martine vuelve a la civilización para descubrir con desagrado que al término de la contienda algunas de sus reflexiones se han transformado en el fundamento de la vida en todo el planeta. La doctrina que el mundo acepta con entusiasmo dispone que el Nuevo Hombre se puede realizar sólo a través de la amputación voluntaria de los brazos y las piernas, destinadas a ser sustituidas por eficientes prótesis cibernéticas, una condición que eliminará para siempre la agresividad y la guerra. Martine se enfrenta a un gigantesco ritual de automutilación en nombre de la paz y que, para su horror, encuentra su justificación filosófica en la tergiversación del diario personal que escribió durante la guerra. Sin embargo, esta sociedad aparentemente pacífica y perfecta, en la que se ha logrado una casi total integración entre el hombre y la máquina, vive en un equilibrio precario y pronto volverá a manifestarse en ella la agresividad humana.