Dos letradictos que se chutan citas literarias en un polígono industrial de Ciudad Capital. Unas galletitas de la suerte que dicen siempre la verdad. Un anciano que esconde un aterrador secreto. Un archimandrita ortodoxo con una misión que no está dispuesto a abandonar.
Éstas son sólo cuatro de las historias que se entrecruzan en La tienda del Señor Li, una surrealista road movie urbanita que mezcla humor y locura a partes iguales.
Pero, por encima de todo eso, La tienda del Señor Li es un homenaje a la palabra escrita. Una historia que habla de cómo la palabra correcta puede cambiarnos la vida, y de cómo la palabra equivocada también puede hacerlo.