Verano de 1789, Francia.
Sophie Dumartin ya no es una niña, ya no es humana. Con el objetivo de ganar poder y control sobre su vida, ha decidido abrazar la oscuridad y convertirse en un monstruo, pero pronto descubrirá que todo lo que había leído sobre las criaturas de la noche apenas se aproxima a la realidad. Ser un monstruo es una lucha constante por la supervivencia.
Seguida de cerca por su padre inmortal, poco a poco irá aprendiendo a desenvolverse en el mundo, donde todo puede ser una amenaza para ella, y ella puede ser un peligro para quienes la rodean. También aprenderá, a las malas, la amenaza que supone su mera existencia para otros monstruos.