Madrid, 1915. El diplomático Enric Mantey aparece muerto en su despacho. La herida de su costado recuerda, para desconcierto de policía y médicos, a la dentellada de un tiburón.
Sólo el controvertido biólogo y erudito John Baldinger parece capaz de encontrar una respuesta, aunque ello signifique traspasar la frontera de lo creíble y adentrarse en un mundo colmado de misterios extraordinarios, personajes sorprendentes y lugares ocultos entre las sombras.
Junto a su ayudante, Raúl Sibeud, el profesor Baldinger no tardará en comprender que se enfrenta a un horror primigenio; un mito narrado en las crónicas de Odiseo, que acecha a la humanidad desde una dimensión de pesadilla.
La Costilla de Caín transporta al lector a las calles del Madrid de principios del s.XX, donde los estrechos callejones y los quinqués a media luz envuelven un misterio tan antiguo como la propia existencia.