«No hay rendición alguna, jamás, ante un universo terrible al que no se puede vencer. »
«Si bien en algunos relatos queda espacio para cierta esperanza, esta queda en suspenso, sin concretar, solo como una posibilidad.»
«No hay esperanza de diálogo. No existen éticas a las que apelar. En los relatos de Felicidad Martínez, si golpeas, te golpean.»
«Es de esos cuentos en los que dices: «Qué guay. Me ha molado mucho», te acabas el vaso de whisky escocés y te metes una puta bala en la cabeza; a ser posible sin pistola: golpeándola con un martillo.»
«Una narradora que no solo domina multitud de registros y técnicas, que sabe dar naturalidad a los diálogos, que consigue transmitir estados extremos de implicación con el vacío del mundo, sino que sabe adaptar todo eso a un ritmo y unos conceptos específicos según lo va viendo necesario. En alguien tan joven y con tanta carrera por delante, nos encontramos con un camino ya alcanzado. Hay esperanza en saber que nos queda mucho que disfrutar de las historias de Felicidad.»