Erin Fancher tiene dieciséis años. Una mañana, al despertar, descubre horrorizada que su cuerpo no es el que era: todo indica que…¡está muerta! ¿Está siendo Erin realmente devorada por gusanos o lo que le está ocurriendo es sólo producto de la terrible (y brutal) imaginación adolescente? Una divertida novela sobre la adolescencia, sobre lo duro que es ser adolescente. Pero también es una novela sobre lo complicado que resulta ser tú mismo.
Una novela entretenida, me ha recordado a las novelas de Tom Sharpe, con personajes tópicos hasta el absurdo, desde el matón de instituto, a la chica popular con un encefalograma plano. Aunque es la amiga de esta chica popular la que se levanta un dia y se ha convertido en un zombi. Eso sí que es empezar un dia de una forma desastrosa. ¿La solución? toneladas de maquillaje y litros de colonia, para evitar el olor a muerta.
Mientras a su alrededor pululan una serie de personajes curiosos, el psicópata Billy Servant, que quizás no sea tan psicópata como todos creen, la profesora suplente Velma, que tiene unos problemas muy particulares, el Director del instituto... el que más me ha recordado a Wilt.
Como he dicho antes, una novela entretenida, asistir a las aventuras de Erin Francher para que no se note demasiado que está muerta, rodeada de esos personajes que no se dan cuenta de ese pequeño detalle, demasiado ensimismados en sus problemas, hace pasar un buen rato. Aunque no llega a provocar las carcajadas que yo esperaba, soy carne de Terry Pratchett.
El problema que le he encontrado a la novela es el final, muy confuso, esperaba un final que me aclarase las cosas.
Una novela que he leido en dos días, ideal para el verano.
22/07/2013