Empleados de una compañía productora de fármacos inmunitarios llegan a la ciudad de Quebradero con la intención de comprar mano de obra para la explotación minera. Sin embargo, los enviados no tardan en sospechar sobre las verdaderas razones que les han llevado hasta allí y se hallan inmersos en una trama compleja de falsas identidades, conspiraciones contra el poder y venganzas posbélicas alrededor del campeonato de pugilismo de la ciudad, que enfrenta de manera indistinta a púgiles canguros y humanos.
Humanos de raza gris La segunda entrega de «La era del espíritu baldío» no ha defraudado. Con el mismo estilo directo de «Fractal» nos cuenta una trama de pugilismo, bajos fondos e identidades ocultas, al tiempo que nos insinúa otras historias (posguerra, conspiraciones, infecciones, etc.) que espero que el autor desarrolle más en la siguientes entregas de la serie. El lenguaje del relato permite al lector sumergirse fácilmente en el ambiente sórdido de la ciudad de Quebradero y en el del campeonato de boxeo K vs. H, sus apuestas, aficionados y púgiles.
Por poner un par de pegas: una subjetiva es que el final me ha parecido un poco abrupto; cuando la historia está en su mejor momento todo cambia y termina; habría agradecido 10 ó 12 páginas más. La pega objetiva: tres faltas de ortografía serias y un par de inconsistencias (una gramatical y otra de estilo) que afean un poco el conjunto.
En resumen, me ha parecido una gran historia y espero con ganas la siguiente entrega: «Lugar baldío en cabeza humana». Muy recomendable.
16/03/2016