Ya solo el viento visita la planicie solitaria. Las piedras milenarias, inmunes a sus embates, dormitan un sueño perpetuo.
La memoria de la vieja Armórica resiste a duras penas el paso de los siglos y solo unos pocos conservan la sabiduría antigua de los hijos de Gael. El pueblo perdido que, diseminado en torno a un mar común, arrastra más de mil años de exterminio inexorable.
Es el invierno de 1397. En las profundidades más sombrías del bosque de Karnag llega al mundo Aydan, un niño que supone la última esperanza para su pueblo.
La herencia ancestral de las naciones gaélicas escoltará su búsqueda, pues el futuro de la humanidad, aun sin saberlo, está ligado a su destino. Pese a caminar lastrado por leyendas antiguas, el pequeño nace atado a un extraño sino que es, a la vez, bendición y maleficio.
Extender luz sobre las tinieblas.
Cambiar el mundo para siempre.
Los menhires, testigos mudos de su historia, la guardarán hasta el alba en el eco de la eternidad. Tal vez ellos puedan responder, algún día, a las preguntas que ya nadie sabe formular.
¿Qué sucedió con el pueblo perdido?
¿Qué fue de los hijos de Gael?