"El tiempo no es rígido; el hombre tiene libre albedrío. Si usted fracasa, la historia cambiará", afirma un personaje de este libro. Pocos escritores han sabido sacar más provecho del viaje en el tiempo que Poul Anderson. Escritor versátil y dotado de sólidos fundamentos científicos y reconocido amor a la historia, el norteamericano de origen escandinavo urdió una serie de historias cuyo nexo es una policía encargada de velar por la Historia, con mayúscula.
Buena parte de estas historias están protagonizadas por Manse Everard, un ingeniero mecánico reclutado en Nueva York y adiestrado en la Academia situada en el Oeste americano y en el período Oligoceno. Tras una fugaz visita a Inglaterra, 1894, desbarata una perturbación para hacer frente a un suceso similar, pero más íntimo y cercano. En "Valiente para ser rey" ayuda al esposo de Cynthia, una compañera, que se perdió en Irán, en el 542 A.C., sólo para llevarse una sorpresa en la corte del rey persa de Anshan, Kurush (aquel a quién el futuro llamaría Kaikhosru y Ciro) y descubrirá con sorpresa un futuro modificado por la hecatombe de Roma ante la pujante Cartago en "Delenda est...", mientras otro investigador, Sandoval se sorprende al hallar una expedición enviada a América por Kublai Khan mientras investiga migraciones athabaskas en "El único juego entre los hombres". Pocas veces la historia fue tan divertida.