Dentro de unos años, la principal fuente de energía procederá de las fracturas hidráulicas. Aparentemente todo es seguro y está bajo control, hasta que una lluvia de meteoritos abre las fauces del subsuelo para liberar un extraño gas de su interior.
Y la caída del mundo se acelerará, hundiendo las esperanzas humanas y contaminando la superficie.
Millones de “gaseados” deambularán por una Tierra muerta, y los supervivientes se verán obligados a escapar de las peligrosas nieblas que reptan por el suelo.
Nos encontramos ante la primera novela sobre el fracking en nuestro país, una distopía greenpunk que reflexiona sobre las consecuencias futuras de nuestras acciones presentes.