En medio de la capital de un planeta ubicado en las más remotas periferias del universo, se erige la Ciudad Embajada, un enclave diplomático asentado por colonos humanos. Aquí los humanos no son la única forma de vida inteligente. Avice, una de los colonos, goza de un raro y especial vínculo con los seres autóctonos, los enigmáticos Anfitriones... Aunque no puede hablar con ellos. Los únicos humanos que han dominado su peculiar Idioma son un pequeño cuadro de Embajadores.
De repente el frágil equilibrio en que conviven humanos y extraterrestres se verá trastornado por la llegada de un nuevo Embajador. En cuanto los Anfitriones escuchen su insólito discurso, los cambios no se harán esperar. Y al avecinarse un cataclismo de proporciones incalculables, Avice se dará cuenta de que el único camino de salvación es que ella intente lo imposible: comunicarse directamente con los Anfitriones.
Ficción Científica
Hace ya varias novelas que tengo un problema con Mieville, El consejo de hierro me pareció floja y El rey rata no la pude terminar. Así que cuando cogí esta novela, tenía mis reservas. Pero me he encontrado una maravilla, una novela que se aleja de lo que había leido antes de este autor, autentica ciencia ficción, más preocupada por los personajes que por la tecnología. Una novela sobre el lenguaje y como éste condiciona la forma de entender la realidad.
La premisa principal es muy interesante, un planeta en el borde del espacio conocido donde habitan unos alienigenas, llamados Anfitriones, con los que solo unos pocos humanos pueden comunicarse, el por qué solo algunos, criados especialmente para eso, pueden comunicarse con los Anfitriones es uno de los grandes aciertos de la novela, crear una especie tan original, tan alejada de lo habitual es por si solo una razón para leer el libro. A esto le añadimos un apocalipsis en ciernes, que hace que la novela sea todavía más atractiva.
Al principio la novela es un poco dura de leer, en los primeros capítulos uno no se entera de nada, pero Mieville va explicándolo todo, poco a poco vas enterándote de como es ese mundo, como son los alienigenas y las estrategías que los humanos han usado para conseguir la comunicación. Hay que tener paciencia con el principio de este libro.
Antes he dicho que se preocupa más de los personajes que sobre la tecnología, pero tambien habla de tecnología, una tecnología biológica que es fascinante, pasando de puntillas sobre ella, hace que uno desee saber más, edificios que estan vivos, fábricas que hacen crecer los artefactos... Y por otro lado está el inmer, una especie de hiperespacio con unas caracterésticas fascinantes.
Sinceramente, comparando las novelas anteriores de Mieville y ésta... no parece el mismo escritor.
20/07/2013
