No es este un libro de fácil lectura o comprensión, ni tan siquiera se muestra condescendiendente con el lector más experimentado pero, ¿acaso nuestras pesadillas y nuestros sueños lo son con nosotros?
Concebida como una suerte de ensoñación experimental y surrealista que frecuenta distintos espacios a un mismo tiempo, con historias interconectadas entre sí en un mismo universo vivo y orgánico, "El secreto de la ventriloquia" de Jon Padgett, elegido Mejor libro de ficción de 2016 por la revista Rue Morgue, y ganador del Golden Ghoul Award for Fiction ese mismo año, anuncia la llegada de un nuevo talento literario significativo. Con temas que evocan a Shirley Jackson, Thomas Ligotti y Bruno Schulz, pero con una visión sorprendentemente única, el trabajo de Padgett explora el misterio del sufrimiento humano, la agonía de la existencia personal y los medios espantosos por los cuales alguien puede lograr la salvación de ambos. Un niño acosado busca venganza. Un soñador lúcido es perseguido por una casa imposible. Un maniquí revela su propia anatomía en 20 simples pasos. Un bibliotecario guarda la clave de los secretos inefables de una fábrica de papel. La visión que del mundo tiene una conductora cualquiera se rompe con dos palabras impresas en un cartel de cartón. Un aspirante a ventrílocuo pasa demasiado tiempo mirándose en un espejo. Y una presencia habla a través de todos ellos...
Quien se acerque a esta obra buscando terror al uso, va a sentirse defraudado al concluir su lectura, porque esta obra que no es sino una alegoría en clave de horror de nihilismo metafísico y angustia existencial, un desenmascaramiento de la naturaleza falsaria de la realidad objetiva. No es terror lo que Padgett despliega aquí, sino puro horror filosófico. No hay más monstruos en estas páginas que nosotros mismos, los seres humanos, siempre sucumbiendo a la locura.