Madame Museline Mym es una médium y puede ver a los muertos.
Hasta aquí, todo normal…
Quizás no sea tan normal que Madame Mym sea una ratona alérgica al queso, aficionada a beber té y sin ingresos regulares… lo cual agota la paciencia de su casero, que amenaza con desahuciarla como siga sin pagarle el alquiler…
Definitivamente, tampoco es normal que Madame Mym (recordemos: una ratona) tenga simpatía por los gatos… Por eso, el día que se le aparece el fantasma de un escuchimizado gato negro llamado Fígaro (quien acaba de perder su séptima y última vida), pidiéndole ayuda para descubrir quién le mató y prometiéndole a cambio una generosa recompensa, Madame Mym decide que NO puede permitirse rechazar tan inusitada misión...