En su mente había demasiadas cuestiones que no podía explicar, cosas que aún no le había admitido ni siquiera a ella. Por ejemplo, la cuestión de su visita a Foralie, y aquel momento en particular en el que pudo atravesar la puerta, que algunos de los más grandes Graeme, como los hermanos Ian y Kensie, los tíos gemelos de Donal Graeme, ordenaron cegar desde el alféizar hasta el dintel y de lado a lado. Tal como ocurriera con ellos, los descalzos pies de Hal se posaron en el alféizar y la parte superior de su cabeza rozó el dintel. Mas, a diferencia de ellos, sus hombros no tocaron los marcos del costado. Quizá, una vez que recobrara su salud y con algunos años más de crecimiento por delante, tal cosa también pudiera ocurrir. No importaba. Lo que sí importaba era el repentino e intenso sentimiento de unión con los Graeme.
Relatos:
Prólogo (1979)
Amanda Morgan (1979)
Interludio (1979)
Hermanos (1973)
Epílogo (1979)