Aún soplaba un viento gélido y una persistente y sucia nieve cubría la superfice del planeta. Tras la guerra nuclear, los hombres caminaban de un lado hacia otro como muertos vivientes y el reino del terror hacía de la Tierra un Infierno. Gordon Krantz era solo una víctima más. Hasta que un día una brisa del pasado trajo a su memoria un recuerdo de orden y seguridad. Era el cadaver de un cartero. Un viejo uniforme que entregaría a Krantz un arma de lucha contra el caos.